Cuentos cortos de Mily Zaccari

Los cuentos de los niños… por Mily Zaccari.

Erase una vez… así les decían cuando niños, hasta que dieron con la cruda realidad de una macabra noche de cuerpos desgarrados… sábanas y paredes ensangrentadas …cruel realidad... cuando todavía creían en los zapatitos de cristal..

Intente hacerlo cuando tenia doce años y no estuvo tan mal.. las hojas quedaron bastante entretenidas, trataban sobre el Tibet, aunque se complico un poco y para la poca experiencia que tenia… me las trajo mamá a Santiago para mi matrimonio.. junto con otros recuerdos, como mi vestidito de bautismo, los guantes de mi primera comunión, mi primer cuaderno de cuando tenia cinco años y escribía la frase “Mi mamá me ama”…. Pero mis ojos se humedecieron cuando entre el envoltorio descubrí las maravillosas hojas amarillentas.. llenas de sueños de escritora … llenas del comienzo de una historia que quizá tenga la osadía, luego de tantos años, de continuar.. páginas comenzadas con la inocencia de la niñez, para luego recorrer la historia, narrada por una mujer de cuarenta, que vivió de uno y otro lado de la misteriosa montaña… quedó ahí… como cuando se guarda algo valioso en el rincón de los recuerdos, pero la idea sigue dando vueltas y la historia… si, la historia se tornaba interesante.. pero, tanto como esta que relato a continuación? Oh sí.. mucho mas interesante…

Simple Esther y un lunes tormentoso.

El día estaba endiabladamente caluroso, así es Baires en enero y Esther no hacia otra cosa que masticar su rabia por no haber conseguido el maldito trabajo de supervisora. Maldición, si solo le dieran la oportunidad! Debía demostrar que lo que decía encajaba con su personalidad, nadie debía darse cuenta del terror y la inseguridad que ocultaba su oscura y escurridiza mirada.. tenia que llegar a casa porque la tormenta ya se avecinaba muy fuerte y el día seguía estando endiabladamente caluroso, y como dice Bernardo, “…son las peores tormentas…el cielo se pone negro, las nubes corren muy rápido… enfurecidas. Los relámpagos y los truenos se dejan ver y escuchar y te hacen estremecer… son las peores tormentas, las que traen la ira de Dios… y el cielo se vuelve oscuro como si se quisiera tragar a todas las almas de la tierra…”, así las describe Bernardo… esas tormentas que por mas que seamos capaces de haber estudiado economía o medicina todavía nos hacen sentir temor y queramos tener a mamá cerca, para sentir que estamos seguros y nada nos puede pasar.. sí, porque mamá esta acá, con su abrazo cariñoso que nos protege de todo mal… pero mami, donde estas ahora que hace un calor endemoniado? que no conseguí este maldito trabajo y que se viene una furiosa tormenta?… mejor trato de llegar a casa.. porque mi cabeza piensa y piensa y doy vueltas sin llegar a ningún lado, sin encontrar un sitio adecuado donde mi alma descanse, donde no me desgarren los recuerdos… los cuerpos… las sabanas… las paredes… donde estas con tu abrazo mamá?… o es que ya te olvidaste? … doblo la esquina y veo una enorme vidriera, en ella observo el perfil de un muchacho que casi al descuido roza la mano de una coqueta morena… casi puedo sentir el roce… siempre observo a través de una gigantesca vidriera… casi puedo descubrir sus pensamientos, casi puedo darme cuenta con horror que… de golpe la chica se levanta y se marcha.. sale con el rostro enfurecido, puedo ver como el muchacho la persigue con la cara desencajada… y esa mirada… esa mirada que yo tan bien conozco… grito pero no se escucha… no sale ningún sonido de mi boca y sin embargo puedo sentir cuando mi garganta se desgarra por el esfuerzo… todo es en cámara lenta… el cuchillo, la mano blanca, el pecho moreno … de pronto se torna rojo por el liquido espeso saliendo a borbotones…las heladas gotas de lluvia comienzan a caer sobre la mirada atónita de los transeúntes y mi propio sollozo, ahogado en mi garganta, no se deja escuchar… los cuerpos… las sabanas.. las paredes…

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